lunes, 9 de noviembre de 2009

VIbrando desde el Corazón...

 Es la hora de conectarse, es la hora de pensar con el corazón y no con la mente, estamos casi en la era de Acuario y ahora nos toca a nosotros decidir nuestro futuro, ya está bien de que la historia la escriban siempre los mismos... no estamos solos, no tengaís miedo, juntos podemos, dejemos atras nuestras diferencias que son las que nos han echo creer para dividirnos. Basta de hipocresía, alzemos nuestras consciencias para parar este tren de muerte y destrucción...



La Asociación de Internautas advierte que el ADSL en España es el segundo más caro de la zona Euro

07/09 - Europa Press

El ADSL en España es el segundo más caro de la zona Euro y el tercero de la UE, según la 'II Comparativa del coste del ADSL en la Unión Europea' realizada por la Asociación de Internautas.




El estudio, que analiza las ofertas, velocidades y precios que ofrecen las operadoras dominantes de 27 países, indica que en el caso de España el precio del ex monopolio es el tercero más caro del conjunto de la Unión Europea, por detrás de Irlanda y Estonia, mientras que pone de manifiesto que aumenta la velocidad de bajada y se mantiene el precio.
   De esta forma, lo que un español paga por su conexión ADSL ha pasado de estar un 47 por ciento por encima de la media del conjunto de la Unión a casi un 51 por ciento por encima, con lo que se ha pasado del cuarto precio más caro del año pasado al tercero de este año.
   En términos absolutos (euros/mes) la situación ha empeorado, según el estudio, que destaca una "pequeña subida" en el precio del 2,24% en la conexión de Telefónica, lo que ha pasado a situarla como la tercera más cara de la UE --el año pasado fue la quinta--.
   Esto se debe, continúa el informe, a que, aún siendo la menor de las subidas, como el comportamiento global ha sido a la baja, cualquier incremento es más visible.
   Por otro lado, en términos relativos a la riqueza media (PPA per capita), España ha pasado del cuarto al quinto puesto. "Una leve mejora, pero muy leve, porque entre los países anteriores a la ampliación a los 27 seguimos siendo en el que más cuesta pagar esa conexión", señala la Asociación de Internautas.
   En este sentido, mientras el año pasado de cada mes había que dedicar 0,884 días para pagar aquellos 46,40 euros, ahora empleamos 0,783 días de cada mes para pagar esos 47,44 eur. Respecto a este coste relativo, si aquellos 0,884 días dedicados en 2008 eran un 68 por ciento más que la media de los 27, los 0,783 días de este año están un 49 por ciento por encima de la media, por lo que en este capítulo se ha logrado un descenso del cuarto al quinto puesto.
   El precio absoluto que cobra Telefónica es el segundo más caro de la muestra, sólo en Irlanda pagan más que en España, pero por una conexión que tiene un ancho de banda un 17 por ciento superior.
   "Estos datos suponen una rémora para que el internauta español afronte la crisis, además no resuelve que el acceso a Internet por banda ancha sea universal ya que cuatro millones de ciudadanos no pueden acceder a este servicio en función de su residencia", afirma esta asociación.
   En este sentido explican que, según datos aportados por la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT), el mes de abril de 2009 el número de líneas de banda ancha aumentó en 41.613 líneas, lo que supone un descenso del 65,15 por ciento respecto a las 118.110 altas de abril de 2008.
   El informe remarca también que si se limita la comparación exclusivamente a los países de la zona Euro, los datos son todavía más "desalentadores". Además, la Asociación de Internautas indica que España ha "avanzado en el último año, pero no lo suficiente".
   Por todo ello, consideran que "es imprescindible crear marcos normativos que promuevan la competencia en redes y aseguren el servicio universal". En este sentido, reitera su propuesta, ya expuesta en anteriores ocasiones, de que es necesario ir hacía un modelo de competencia en redes, al menos en aquellas zonas en las que se registra la presencia de varios operadores con una importante cuota de  mercado.

Futuro..

Los triunfos del movimiento del software libre son ya  conocidos. Crear un sistema operativo totalmente libre, formar una comunidad de programadores (hackers) en libertad y proporcionar acceso gratuito y libre a una gran cantidad de personas alas tecnologías de ultima generación. Pero lejos de embelezarse con estos logros, hoy cabe reflexionar que hemos hecho mal, que nos ha faltado y que falta por hacer.


Es obvio pensar que el partido por la libertad, es uno que vamos perdiendo. Hoy el uso de programas libres es mínimo, los más optimistas dan un 5% de uso de sistemas operativos libres del total de computadores existentes, olvidando que la mayoría de estos si contienen programas privativos. Sin olvidar que lejos de lograr que los distintos estados protejan las libertades que el movimiento del conocimiento libre apoya, estos han restringido aun más la libertades de la gente.
Por su parte muchas organizaciones o personas individuales han empezado una loca carrera por instalar su sistema operativo libre favorito a la mayor cantidad de personas, y de ahí destacan verdaderas orgías de instalaciones de sistemas operativos libres como son el FLISoL. Instalar software libre es un acto de solidaridad, es compartir algo que nos fue útil con otros, pero su valor como acción no pasara de ser un acto solidario, si en conjunto con compartir los programas no se transmite las ideas que nos llevan y justifican hacer este acto de sociedad, tan propio del ser humano como es el compartir conocimiento.
Pero de lo anterior cabe una interrogante ¿Como se deben transmitir estas ideas?
Prácticamente todo quien se propone a transmitir las ideas detrás del conocimiento libre, incluyendo el software libre, repite el discurso de Richard Stallman, las cuatro libertades y como una sociedad libre necesita software libre, pero a la mayor parte de la gente, en una primera instancia estas ideas les parecen difusas, poco concretas y alejadas de su realidad. Esto principalmente a que las ideas planteadas por Stallman son de la corriente filosófica del idealismo, probablemente influenciadas por la escuela kantiana o platónica. Esto lleva el problema del conocimiento libre a un problema de la ética, de ideas superiores a nosotros y no a nuestra realidad.
Hablar de software libre sin mostrar como afecta nuestra vida diaria es como hablar de la capa de ozono sin hablar de la radiación ultravioleta.
Luego de un periodo largo usando cómodamente software libre, leyendo sobre el conocimiento libre y compartiéndolo, entenderemos tal vez las implicaciones en nuestra vida diaria de estas ideas que en un principio nos parecieron tan difusas.
“¡Ahora estoy seguro que soy el dueño de mi computadora, esta hace lo que quiero y nadie me espía!”, “¡Puedo acceder al conocimiento de la humanidad de forma libre, aprender a programar o usar programas, leer libros y escuchar canciones sin estúpidas licencias y patentes que me limiten!” o “¡Compartir ya no es prohibido!”, gritara con orgullo de autodidacta los que se den cuenta de estas verdades al parecer escondidas del conocimiento libre.
Si, el software libre no tan solo significa que respete las cuatro libertades que Richard Stallman repite en cada charla suya, si no también habré la posibilidad del aprendizaje, es seguridad y revindica algo propio de nuestra naturaleza: el compartir. Este mismo (Richard Stallman), en sus charlas ya hace un esbozo de estas consecuencias concretas del software libre, pero al parecer estos esbozos quedan en el olvido cuando le explicamos a la gente que es el conocimiento libre.
El periodo que nos toco vivir, la globalización, se caracteriza principalmente por la enajenación del hombre de la política, la caída de los grandes ideales, convirtiendo al hombre en empleado del destino que le toca vivir. Nadie se interesa por los cambios, somos espectadores de nuestras propias vida. El software libre, la liberación del conocimiento es una idea política, es un cambio profundo en la sociedad y que exige la participación de esta.
Pero el hecho de llevar el problema del conocimiento libre a una esfera netamente ética, aleja aun más al hombre ya enajenado. La política, y eso incluye al conocimiento libre, es algo concreto que afecta nuestras vidas diarias, es una necesidad del hombre en su afán de acomodarse en este mundo construido en sociedad. Por lo tanto el software libre debe convertirse en una necesidad concreta de la gente, algo que exijan para su entorno, la necesidad de aprender, la necesidad de usar de forma libre, la necesidad de comunicarse y la necesidad de compartir. Tan solo entonces, cuando la gente asimile nuestra lucha como una necesidad, el triunfo sera un triunfo de todo el mundo civil.
Fuente: http://www.puntolibre.org/?p=1175

Fuego amigo

Muertes llevan a cuestionar toda la estrategia afgana..

Yo me encontraba en una oficina en Kabul durante este verano mientras un funcionario de rango medio me sermoneaba sobre el exitoso trabajo del gobierno. “Entre nosotros, ¿qué piensa realmente de este gobierno?” le pregunté, sin esperar una respuesta muy interesante.
“Si me promete que no revelará mi identidad, puedo decirle que este gobierno está compuesto por asesinos y sinvergüenzas,” respondió el funcionario casi de inmediato. Dio algunos ejemplos de casos de corrupción y asesinatos inspirados por el gobierno.



En esta tradición de traición cuidadosamente calculada, la muerte a tiros de cinco soldados británicos a manos de un policía afgano que operaba con ellos es apenas sorprendente. Los dirigentes afganos han sido desde hace tiempo tristemente célebres por ocultar sus verdaderas lealtades y cambiarse de bando. Pero las consecuencias políticas potenciales son muy serias. La estrategia estadounidense y británica de reforzar las fuerzas de seguridad afganas hasta 400.000 miembros puede resultar imposible porque el Estado es demasiado débil y demasiado pobre y cuenta con la lealtad de demasiados pocos afganos.
La reputación de que los afganos siempre derrotan a sus enemigos se basa en parte en la velocidad con la que se suman al vencedor. Los avances de los talibanes en los años noventa fueron menos notables por las victorias militares que porque los señores de la guerra locales desertaban para unirse a ellos después de recibir una gran gratificación. En la guerra de EE.UU. para derrocar a los talibanes en 2001, el mismo proceso tuvo lugar al revés cuando la CIA volvió a comprar a los mismos señores de la guerra, quienes luego enviaron a sus hombres a casa sin combatir.
Tampoco es la primera vez que fuerzas occidentales han sido atacadas por sus colegas afganos. Durante el verano, en la provincia Kunduz al norte de Kabul, un policía disparó a ocho de sus colegas y entregó su puesto de policía a los talibanes. Un entrenador militar estadounidense fue herido a tiros por uno de los hombres que estaba entrenando cuando bebió agua frente a ellos mientras estaban en ayunas durante Ramadán.
La frágil lealtad de la policía afgana, y en menor grado del ejército, hacia su propio gobierno debilita los planes de EE.UU. y Gran Bretaña de mantener una línea contra los talibanes mientras se forma una fuerte fuerza local de seguridad. Los dirigentes políticos de EE.UU. hablan de una fuerza de 240.000 soldados y de 160.000 policías que serán entrenados durante los próximos años. En realidad, sin embargo, nadie conoce el tamaño actual de las fuerzas de seguridad afganas.
El ejército tiene supuestamente 90.000 soldados, pero es posible que esta cifra sea fuertemente exagerada. “Mi mejor cálculo es que ese ejército simplemente no existe,” escribe Ann Jones, una especialista estadounidense en Afganistán. “Conocí a hombres que pasaron repetidamente por el entrenamiento del ANA [Ejército Nacional Afgano] para conseguir el Kalashnikov prometido y la paga. Luego volvieron un tiempo a casa y a menudo retornaron algunas semanas después para alistarse bajo otro nombre.”



A pesar de ello, la reputación del ejército entre los afganos de a pie es mucho mejor que la de la policía. Algunos policías cobran una miseria por un trabajo muy peligroso. A menudo están estacionados en puestos avanzados y puntos de control vulnerables. Su entrenamiento es a menudo casi inexistente. Antes de la elección presidencial en agosto, el entrenamiento de policías que estaban siendo entrenados por una firma de seguridad de EE.UU., que iba a durar ocho semanas, fue acortado a tres semanas, para que pudieran ser enviados a proteger recintos electorales en el sur de Afganistán.
La mayoría de los policías de alto rango pueden ganar dinero mediante la ayuda a narcotraficantes. El general Aminullah Amarkhail, ex jefe de seguridad en el aeropuerto de Kabul, quien fue despedido de su puesto por su éxito en el arresto de contrabandistas de heroína, dice que los beneficios son tan altos que los puestos son comprados y vendidos por grandes sumas. “Hay que pagar 10.000 dólares en sobornos para conseguir un puesto de jefe de policía de distrito,” dice, “y hasta 150.000 dólares para conseguir un puesto de jefe de policía en algún sitio en la frontera – porque se puede ganar mucho dinero.”
…………
Patrick Cockburn es autor de "Muqtada: Muqtada Al-Sadr, the Shia Revival, and the Struggle for Iraq."
Fuente: http://www.counterpunch.org/patrick11062009.html

La mala influencia de Obama

De todas las explicaciones acerca del Premio Nobel de Barack Obama, el que sonó más verdadero provino del presidente francés Nicolas Sarkozy. Imprime el sello del retorno de Estados Unidos al corazón de los pueblos del mundo. En otras palabras, ésta fue la manera en que Europa le dijo a Estados Unidos, de nuevo te amamos, algo así como esas extrañas ceremonias de renovación de votos que celebran las parejas luego de sobrevivir a una mala racha. Ahora que Europa y Estados Unidos están oficialmente re-unidos, parece que vale la pena preguntar: ¿Necesariamente eso es algo bueno? El Comité del Nobel, que otorgó el premio porque Obama adoptó la diplomacia multilateral, evidentemente está convencido de que el compromiso estadunidense en el escenario mundial implica un triunfo de la paz y la justicia. No estoy tan segura. Luego de nueve meses en la administración, es evidente el historial de Obama como jugador global. Una y otra vez, los negociadores estadunidenses han elegido no fortalecer las leyes internacionales y los protocolos, sino más bien debilitarlos, muchas veces han encabezado a otros países ricos en una carrera hacia abajo.



Comencemos donde hay más en riesgo: el cambio climático. Durante los años de Bush, los políticos europeos se diferenciaron de Estados Unidos al expresar un inquebrantable compromiso con el Protocolo de Kyoto. Así, mientras Estados Unidos incrementaba sus emisiones de carbono en 20 por ciento de los niveles de 1990, los países de la Unión Europea redujeron los suyos en 2 por ciento. Nada estelar, pero claramente un caso en el cual la separación con respecto a Estados Unidos aportó beneficios tangibles para el planeta.
Adelántele en moción rápida hasta las negociaciones climáticas donde había mucho en riesgo, que acaban de culminar en Bangkok. Se suponía que las pláticas llevarían a un acuerdo en Copenhague en diciembre, que fortalecería significativamente el Protocolo de Kyoto. En vez, Estados Unidos, la Unión Europea y el resto de los países desarrollados formaron un solo bloque que llamaba a abandonar Kyoto y remplazarlo. Ahí donde Kyoto ponía claras y vinculantes metas para reducir las emisiones, el plan estadunidense establecería que cada país decida cuánto reducir, luego someta sus planes a un monitoreo internacional (con nada más que buenos deseos para asegurar que todo esto mantenga la temperatura por debajo de niveles catastróficos). Y ahí donde Kyoto claramente asignaba el peso de la responsabilidad sobre los países ricos que crearon la crisis climática, el nuevo plan trata por igual a todos los países.
Este tipo de propuestas débiles no sorprendían del todo viniendo de Estados Unidos. Lo que resultaba escandaloso era la repentina unidad del mundo rico alrededor de este plan, incluyendo a muchos países que antes habían cantado alabanzas a Kyoto. Y había más traiciones: la Unión Europea, que había anunciado que gastaría de 19 mil millones a 35 mil millones de dólares al año para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático, llegó a Bangkok con una oferta mucho menor, una que se asemejaba más al compromiso estadunidense de... nada. Antonio Hill, de Oxfam, resumió así las negociaciones: Cuando sonó el disparo de salida, se volvió una carrera por llegar hasta abajo, con los países ricos debilitando los compromisos existentes bajo el marco internacional.
No es la primera vez que un retorno tan celebrado a la mesa de negociaciones acaba con la mesa volcada, con las leyes y las convenciones internacionales, que se ganaron con mucho esfuerzo, esparcidas por el suelo. Estados Unidos jugó un papel similar en la Conferencia sobre Racismo de Naciones Unidas que tuvo lugar en Ginebra, en abril. Luego de lograr que se suprimiera todo tipo de cosas del texto de negociación –ninguna referencia a Israel o los palestinos, nada acerca de las compensaciones a los esclavos, etcétera–, la administración de Obama de todos modos decidió boicotearlo, bajo el argumento de que el nuevo texto reafirmaba el documento adoptado en 2001 en Durban, Sudáfrica.
Fue una excusa pobre, pero había cierta lógica en ella, ya que Estados Unidos nunca firmó el texto original de 2001. Lo que no tuvo lógica fue la ola de retiros del mundo rico, en imitación a Estados Unidos. En un lapso de 48 horas del anuncio estadunidense, Italia, Australia, Alemania, Holanda, Nueva Zelanda y Polonia se habían retirado. A diferencia de Estados Unidos, todos estos gobiernos habían firmado la declaración de 2001, así que no había razón alguna para objetar un documento que lo reafirmaba. No importaba. Al igual que con las negociaciones del cambio climático, alinearse con Obama, con su impecable reputación, era una manera fácil de evitar agobiantes obligaciones internacionales y, a la vez, aparentar ser progresista, un servicio que Estados Unidos nunca pudo ofrecer durante los años de Bush.
Estados Unidos ha tenido una similar influencia corruptora como nuevo integrante del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Su primera gran prueba fue el valiente informe del juez Richard Goldstone sobre la masacre en Gaza perpetrada por Israel, que concluía que el ejército israelí y Hamas habían cometido crímenes de guerra. En vez de demostrar su compromiso con la legislación internacional, Estados Unidos usó su influencia para manchar el informe y decir que era profundamente defectuoso y presionar a la Autoridad Nacional Palestina para que retirara una resolución que apoyaba el informe. (La ANP, que en casa enfrentó una furiosa reacción por haber cedido ante la presión estadunidense, podría presentar una nueva versión.)
Y luego están las cumbres del G-20, los más destacados compromisos multilaterales de Obama. Cuando se llevó a cabo una en Londres, parecía que iba a haber algún tipo de intento coordinado internacional para controlar a los especuladores financieros y evasores de impuestos trasnacionales. Sarkozy hasta prometió abandonar la cumbre si no lograba plantear serios compromisos reguladores. Pero la administración Obama no tenía interés alguno en un auténtico multilateralismo, en vez, abogó por que los países presentaran (o no) sus propios planes y por esperar lo mejor; parecido a su imprudente plan de cambio climático. Sarkozy, sobra decirlo, no abandonó ningún lugar, sólo se encaminó hacia la sesión fotográfica para tomarse la foto con Obama.
Claro que Obama ha hecho algunas buenas movidas en el escenario mundial: no respaldar al gobierno golpista en Honduras, apoyar una Agencia de Mujeres de Naciones Unidas... Pero ha emergido un patrón evidente: en áreas en las cuales otras naciones prósperas se tambaleaban entre una acción basada en principios y la negligencia, las intervenciones de Estados Unidos las han inclinado hacia la negligencia. Si ésta es la nueva era del multilateralismo, no es ningún premio.
Copyright Naomi Klein 2009.
www.naomiklein.org.
Este artículo fue publicado en The Nation.
Traducción para La Jornada: Tania Molina Ramírez

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2009/11/08/index.php?section=opinion&article=022a1mun