jueves, 21 de enero de 2010

Como iba a faltar nuestro admirado y querido hermano SALFATE ¡¡

Ya tenemos aquí a nuestro hermano Salfate, incansable en sus declaraciones.. y brillante a la hora de exponernos la Conspiración a la que estamos sometidos... DESPIERTEN ¡¡¡


Parte 2

El Trabajo de los Marines en Haití Por Fran Sevilla...(Rne)

Aquí os dejo un apunte del enviado especial a Haiti de Fran Sevilla..creo que habla por si solo y sino escuchen.. y abran bien los ojos... por que seguira pasando si seguimios permitiendolo..


Zapatero aplaude la invasión militar estadounidense que impide la distribuición de la ayuda en Haití

El presidente Español José Luis Rodriguez Zapatero se mostró a favor de la ocupación estadounidense en Haití durante un discurso dado en la Eurocámara sobre los planes que desarrollará España durante su presidencia temporal al frente de la Unión Europea.
Según las palabras del presidente español, "ver helicópteros, ver marines que llevan alimentos, ponen orden y salvan vidas, a mí personalmente me parece un hecho a aplaudir." El eurodiputado de Izquierda Unida, Willy Meyer, en calidad de portavoz del grupo de izquierda GUE/NGL le respondió que "en cuanto a la política exterior, mi grupo estamos totalmente en contra del aumento de las capacidades militares. En ese sentido, nos hace daño ver helicópteros militares y marines en Haití. Porque lo que necesita Haití no son militares, son médicos, arquitectos, y profesores."
Son ya 13.300 los soldados estadounidenses que están desplegados en Haití para, según el gobierno norteamericano, apoyar el reparto de la ayuda humanitaria y la reconstrucción de Haití.



Esto es desmentido por el periodista Fran Sevilla, corresponsal de Radio Televisión Española (RTVE) en Haití, que en unas declaraciones efectuadas el martes pasado a Radio Nacional de España (RNE) expuso que los nortamericanos tomaron el control del aeropuerto de Puerto Príncipe convirtiéndolo en un embudo por el que pasan prioritariamente sus tropas, su material y la evacuación de sus compatriotas.
Fran Sevilla también comentó que ONGs como Médicos Sin Fronteras e Intermón Oxfam se han quejado de que sus aviones con ayuda humanitaria no puede llegar a Haití porque los nortamericanos no les dan el permiso necesario para ello y continúan esperando en la República Dominicana.
Ademas el periodista de RTVE expresó que no ha visto militares estadounidenses repartiendo ayuda por ningún lugar de Puerto Príncipe y denunció que los bomberos españoles están de brazos cruzados porque los militares de los EEUU no autorizaron el paso de su avion con el material necesario para trabajar.
Países como Francia y Brasil han criticado duramente a los EEUU por estas acciones sumándose a otros como Venezuela, Bolivia y Nicaragua que además de criticar esta situación han exigido el retiro inmediato de las tropas estadounidenses de Haití.
Incluso el presidente de Bolivia, Evo Morales, va a convocar una reunión urgente de la ONU para formalizar la petición del retiro de las tropas nortamericanas, "Vamos a pedir mediante la cancillería a las Naciones Unidas una reunión de emergencia para repudiar y rechazar esta ocupación militar de Estados Unidos en Haití (...) no es posible que Estados Unidos use una desgracia natural para invadir y ocupar militarmente Haití. El despliegue de las fuerzas armadas estadounidenses en la isla caribeña con motivo del terremoto es oportunista, salvaje y inhumano."
Mientras tanto el nuevo ministro de defensa uruguayo dijo que si van fuerzas militares deben ser cascos azules controlados por la ONU, es decir, por la Comunidad Internacional. El ministro no descartó que surgan problemas debido a la ocupación estadounidense ya que EEUU es "un país con vocación casi genética de imperialismo y colonialismo."
Los militares estadounidenses han usurpado las competencias del gobierno haitiano echando por tierra la organización que el gobierno de Haití había dispuesto para llevar la ayuda humanitaria lo antes posible a todos los lugares afectados por el terremoto.
En lugar de eso los norteamericanos usa el control del aeropuerto para dejar pasar a más de sus militares mientras niegan el paso a la ayuda humanitaria o la ayuda a los pocos aviones que llegan con material humanitario.
El gobierno de Haití ha conformado con Venezuela la brigada de solidaridad Petión-Bolívar integrada tanto por haitianos como por venezolanos especialistas en arquitectura y albañilería entre otras disciplinas necesarias para la reconstrucción del país antillano.
Venezuela además de las miles de toneladas de ayuda humanitaria va a enviar 100 toneladas más diarias mediante un puente aereo entre Caracas y Puerto Príncipe realizado conjuntamente con Rusia.
Fuente: http://tercerainformacion.es/spip.php?article12359

La militarización de la ciencia...

La I+D es la parte que mayor atención y debate ha merecido de los presupuestos generales del Estado para el año 2010. Entre las diferentes posiciones que se han confrontado con el Gobierno destaca la comunidad científica, que se ha sentido discriminada y molesta porque los presupuestos para el año próximo prevén una disminución de las aportaciones en I+D civil. La disminución prevista es de un 3,1%. Pero eso es verdad sólo en parte, pues si se miran las asignaciones separadas por partidas, la reducción es mucho mayor. Por ejemplo, las aportaciones dirigidas a personal, gasto corriente, transferencias e inversiones en los Centros de investigación públicos caen hasta un 15%; en cambio, aumentan en un 24% las destinadas a fomentar la investigación en las industrias privadas en comparación con las de este año 2009.



Lo cual representa un evidente agravio para la investigación que se realiza dentro del sector público. Por ejemplo, para el próximo año la investigación sanitaria se ha reducido en un 10%; la investigación científica, que incluye la financiación de la mayoría de los proyectos de investigación que se realizan en las universidades españolas, el CSIC y otros centros de investigación ha caído un 25%; y la investigación energética, medioambiental y tecnológica ha sufrido una disminución del 26%. (El Senado aprobó el 22/12 una enmienda en los presupuestos del Estado con un aumento de 150 M€ en I+D para el Ministerio de Ciencia y Tecnología que no varían substancialmente los datos aquí señalados).
De las partidas asignadas a la investigación en empresas privadas, la mayor parte (2.122 M€ sobre 2.524 M€), corresponden a créditos reembolsables y representan el 32% del total dedicado a I+D civil. Peor es lo que sucede en el sector de la I+D militar. La parte destinada a la investigación dentro del Ministerio de Defensa es de un 19% (231,89 M€), mientras que la parte que se asigna en créditos a las industrias militares desde el Ministerio de Industria representa el 81% restante (950,91M€). Es decir, un tercio de la I+D civil y más del 80% del I+D militar son recursos destinados al sector privado en óptimas condiciones crediticias en detrimento de la investigación pública que ve mermados sus recursos. Ante ello, hay que preguntarse: ¿Es éste un primer paso de la privatización de la ciencia en España?
Observemos ahora el caso de la I+D militar con más detalle. Los créditos que surgen desde el Ministerio de Industria que anteriormente surgían en su integridad del Ministerio de Defensa, obedecen a una fórmula alambicada iniciada en 1997 para hacer frente a las enormes inversiones en los grandes proyectos de armas empezados a mediados de la década (EFA-2000, blindados Leopard, Fragatas F-100, submarinos S-80…). De este modo se conseguía el propósito de no incrementar demasiado el gasto militar del Ministerio de Defensa sin alarmar a la opinión pública; y de paso, aumentar la contribución a las industrias militares que sin esa ayuda se negarían a financiar la investigación y el desarrollo de los nuevos armamentos.
La fórmula consistía a conceder préstamos en I+D a cero interés reembolsables al Ministerio de Industria en un plazo de 20 años a las industrias militares. Se firmó un convenio entre los ministerios de Industria y Defensa según el cual Industria adelantaba el dinero en concepto de I+D que las empresas devolverían a Defensa cuando se llevara a término el pago de las armas. Una operación que en el transcurso de los años ha acumulado una deuda de 14.440 M€ en concepto de I+D, según declaró el Secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, en su comparencia en el Parlamento (26/6/09). Las cifras van aumentando de año en año sin que nadie sepa a ciencia cierta como acabará ese enorme pozo sin fondo.
La comunidad científica, ante el grave deterioro a que se ven abocados los centros públicos, ha criticado agriamente al Gobierno por no apostar por la investigación pública mientras si lo hace a favor de la empresa privada. Es de esa situación de donde surge la noticia de la dimisión, cese o portazo de Carlos Martínez como Secretario de Estado del Ministerio de Investigación y Ciencia. Quién, cabe recordar, anteriormente había ostentado la presidencia del CSIC.
No cabe duda que la comunidad científica está cargada de razón por criticar que la I+D civil se desvirtúa mediante créditos a empresas privadas. El caso de la I+D militar ilustra que detrás de los créditos en I+D a la industria privada se esconde una operación de dudosa eficiencia tecnológica. Pues por mucho que se esfuercen los voceros de las virtudes de la tecnología militar, ésta difícilmente tiene una traducción práctica en el desarrollo de tecnologías civiles que redunden en beneficios sociales. Además, existe un segundo problema no resuelto, las industrias perciben los créditos como ayudas y son de difícil retorno, ahí están esos 14.440 M€ acumulados y que tarde o temprano hará falta resolver de manera contable en los presupuestos del Estado ¿Quizás condonándolos y convirtiéndolos en más déficit público?
El estado español parece caminar hacia la privatización y la militarización de la ciencia a través de fórmulas de ingeniería financiera que, repercutirán más temprano que tarde, de forma negativa en el desarrollo del país.

Fuente: http://www.centredelas.org/index.php?option=com_content&view=article&id=577%3Ala-militarizacion-de-la-ciencia&catid=36%3Ageneral&Itemid=131&lang=es

¿Donaciones para pagar una deuda odiosa?...


Una de las mayores operaciones de ayuda de la historia podría resultar muy similar a la realizada después del tsunami de 2004, salvo que el modelo de reconstrucción adoptado sea radicalmente diferente. Haití ha quedado en parte destruido a consecuencia de un violento terremoto de magnitud 7. Todo el mundo gimotea y los medios de comunicación, ofreciéndonos imágenes apocalípticas, repiten los anuncios de ayuda financiera que los generosos Estados aportarán. Escuchamos que hay que reconstruir Haití, ese país abatido por la pobreza y «el infortunio». Los comentarios no van más allá del terrible cataclismo. Nos recuerdan precipitadamente que es uno de los países más pobres del planeta pero sin explicar las causas de esa pobreza. Nos dejan creer que esa pobreza se abatió sobre Haití porque sí, que es un hecho irremediable: «Es la desgracia que los golpea.»

Es indiscutible que esta nueva catástrofe natural ha causado daños materiales y humanos tan enormes como imprevistos. Una ayuda de urgencia es por lo tanto necesaria y todo el mundo está de acuerdo en eso. Sin embargo, la pobreza y la miseria de Haití no provienen de ese terrible temblor de tierra. Es necesario reconstruir el país porque éste ya había sido despojado de los medios para construirse. Haití no es un país libre, ni siquiera soberano. Durante los últimos años, la política interior es realizada por un gobierno que está constantemente bajo la presión de las órdenes que llegan del exterior y de las maniobras de los grupos de poder locales.

Haití ha sido tradicionalmente denigrado y a menudo descrito como un país violento, pobre y represivo en el mejor de los casos. Casi no hay comentarios que nos recuerden la independencia conquistada en 1804 tras una cruenta lucha contra las tropas francesas de Napoleón. En vez de subrayar la gestión humanitaria y el combate por los Derechos Humanos, serán el salvajismo y la violencia las características asignadas a los haitianos. Eduardo Galeano habla de la «maldición blanca»: «En la frontera donde termina la República Dominicana y empieza Haití, hay un gran cartel que advierte: El mal paso. Al otro lado está el infierno negro. Sangre y hambre, miseria, pestes» [2]

Es indispensable recordar la lucha de emancipación llevada a cabo por el pueblo haitiano, porque en represalia a esa doble revolución, a la vez antiesclavista y anticolonial, el país heredó «el rescate francés de la independencia», correspondiente a 150 millones de francos oro (o sea, el presupuesto anual de Francia en esa época). En 1825, Francia decidió que «los habitantes actuales de la parte francesa de Santo Domingo pagaran a la caja federal de depósitos y consignas de Francia, en cinco plazos iguales, año a año, el primero expirando el 31 de diciembre de 1825, la suma de ciento cincuenta millones de francos, destinada a indemnizar a los antiguos colonos que reclamaron una indemnización» [3]. Esto equivaldría a cerca de 21.000 millones de dólares actuales. Desde el comienzo, Haití tiene que pagar un alto precio, la deuda sería el instrumento neocolonial para facilitar el acceso a los múltiples recursos naturales de este país.

El pago de este rescate fue por lo tanto un elemento fundador del Estado haitiano. En términos jurídicos, esto significa que fue contraído por un régimen despótico y utilizado contra el interés de la población. Francia y después Estados Unidos, cuya zona de influencia se va ampliando en Haití desde 1915, son totalmente responsables. Mientras que habría sido posible enfrentarse a las dolorosas responsabilidades del pasado en 2004, la comisión Régis Debray [4] prefirió descartar la idea de una restitución de esta suma, con el pretexto de que no tenía «fundamento jurídico» y que eso podría abrir la «caja de Pandora». Las demandas del gobierno haitiano vigente fueron rechazadas por Francia: no ha lugar a reparaciones. Francia no reconoció tampoco su papel en el ignominioso regalo que hizo al dictador «Baby Doc» Duvalier en su exilio, ofreciéndole el estatuto de refugiado político y la inmunidad.

El reino de los Duvalier comenzó con la ayuda de Estados Unidos en 1957 y duró hasta 1986, fecha en que el hijo, «Baby Doc», fue derrocado por una rebelión popular. La violenta dictadura, ampliamente respaldada por los países occidentales, reinó durante cerca de 30 años. Estuvo marcada por un crecimiento exponencial de la deuda. Entre 1957 y 1986, la deuda externa se multiplicó por 17,5. En el momento de la fuga de Duvalier, representaba 750 millones de dólares. Posteriormente aumentó, con los intereses y penalidades ,a más de 1.884 millones de dólares [5]. Esta deuda, lejos de servir a la población, que siguió empobreciéndose, estaba destinada a enriquecer al régimen. Por lo tanto es una deuda odiosa. Una investigación reciente demostró que la fortuna personal de la familia Duvalier (bien resguardada en cuentas de bancos occidentales) representaba unos 900 millones de dólares, o sea, una suma mayor que la deuda total del país en el momento de la fuga de «Baby Doc». Existe un proceso en curso ante la justicia suiza para la restitución al Estado haitiano de haberes y bienes mal adquiridos durante la dictadura de los Duvalier. Esos haberes están por el momento congelados por el banco suizo UBS, que impone unas condiciones intolerables en cuanto a la restitución de esos fondos [6]. Jean Baptiste Aristide, inicialmente elegido con un gran entusiasmo popular, fue posteriormente acusado de corrupcion y depuesto. A costa de convertirse en una marioneta de los Estados Unidos fue restablecido en el poder, solo para ser finalmente capturado y expulsado por las tropas de dicho pais. Aristide, desgraciadamente, tampoco fue innmune a la trágica malversacion de fondos y al endeudamiento establecidos por los Duvalier. Por otro lado, según el Banco Mundial, entre 1995 y 2001, el servicio de la deuda, es decir los intereses más la amortización de capital, alcanzó el considerable monto de 321 millones de dólares.

Toda la ayuda financiera anunciada en este momento debido al terremoto ya está comprometida en el pago de la deuda

Según las últimas estimaciones, más del 80% de la deuda externa de Haití es propiedad del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cada uno con un 40%. Bajo su férula, el gobierno aplica los «planes de ajuste estructural», maquillados como «Documentos Estratégicos para la Reducción de la Pobreza» (DSRP). A cambio del recomienzo de los préstamos, se concedieron a Haití algunas anulaciones o alivios de la deuda, insignificantes pero que dan una imagen de buena voluntad de los acreedores. La Iniciativa Países Pobres Muy Endeudados (PPME), en la que Haití fue admitido, es una maniobra típica de blanqueo de la deuda odiosa, como fue el caso con la República Democrática del Congo [7]. Así se reemplaza la deuda odiosa por nuevos préstamos, que se suponen legítimos. El CADTM considera estos nuevos préstamos como parte de la deuda odiosa, ya que sirven para pagar esa antigua deuda. Existe, por lo tanto, una continuidad del delito.

En 2006, cuando el FMI, el Banco Mundial y el Club de París aceptaron que Haití entrara en la iniciativa PPME, el stock de la deuda externa pública total era de 1.337 millones de dólares. En el punto de culminación de la iniciativa (en junio de 2009), la deuda era de 1.884 millones de dólares. Se decidió una anulación de la deuda de un monto de 1.200 millones de dólares para que «ésta fuera sostenible». Mientras tanto, los planes de ajuste estructural arrasaban el país, especialmente en el sector agrícola, cuyos efectos culminaron con la crisis alimentaria de 2008. La agricultura campesina haitiana sufrió el dumping de los productos agrícolas estadounidenses. «Las políticas macroeconómicas apoyadas por Washington, la ONU, el FMI y el Banco Mundial no se preocupan en absoluto de la necesidad de desarrollo y de la protección del mercado nacional. La única preocupación de estas políticas es la producción a bajo coste para la exportación hacia el mercado mundial» [8]. Por consiguiente, es escandaloso oír que FMI diga que «está listo para ejercer su función con el apoyo apropiado en los dominios de su competencia».[9]

Como se expresa en el reciente llamamiento internacional, «Haití nos llama a la solidaridad y al respeto de la soberanía popular»: «A lo largo de los últimos años y junto con muchas organizaciones haitianas, hemos denunciado la ocupación militar por parte de las tropas de la ONU y los impactos de la dominación impuesta por medio de la deuda, el libre comercio, el saqueo de su naturaleza y la invasión de intereses transnacionales. La condición de vulnerabilidad del país a las tragedias naturales –provocada en gran medida por la devastación del medio ambiente, por la inexistencia de infraestructura básica, por el debilitamiento de la capacidad de acción del Estado- no está desconectada de esas acciones, que atentan históricamente contra la soberanía del pueblo.

"Es momento de que los gobiernos que forman parte de la MINUSTAH, las Naciones Unidas y especialmente Francia y Estados Unidos, los gobiernos hermanos de América Latina, revisen esas políticas a contramano de las necesidades básicas de la población haitiana. Exigimos a esos gobiernos y organizaciones internacionales sustituir la ocupación militar por una verdadera misión de solidaridad, así como la urgente anulación de la ilegítima deuda que hasta el día de hoy se cobra a Haití" [10].

Independientemente de la cuestión de la deuda, se teme que la ayuda tome la misma forma que la que acompañó al tsunami que devastó, a finales de diciembre de 2004, varios países de Asia (Sri Lanka, Indonesia, India y Bangladesh) [11], o incluso la ayuda después del ciclón Jeanne en Haití en 2004. Las promesas no se cumplieron y una gran parte de los fondos sirvieron para enriquecer a las compañías extranjeras o a las cúpulas locales. Esas «generosas donaciones» provienen mayoritariamente de los acreedores del país. En lugar de hacer donaciones, sería preferible que anularan las deudas que tiene Haití con ellos: totalmente, sin condiciones e inmediatamente. ¿Podemos realmente hablar de donaciones cuando sabemos que la mayor parte de ese dinero servirá para el pago de la deuda externa o para el desarrollo de «proyectos de desarrollo nacional», decididos de acuerdo con los intereses de esos mismos acreedores y de las oligarquías locales? Es evidente que sin esas donaciones inmediatas sería imposible pedir el reembolso de una deuda cuya mitad, por lo menos, corresponde a una deuda odiosa. Las grandes conferencias internacionales de cualquier G8 o G20, ampliado a las IFIS, no harán avanzar en nada el desarrollo de Haití sino que reconstruirán los instrumentos que les sirven para establecer sólidamente el control neocolonial del país. Tratarán de garantizar la continuidad del reembolso de la deuda, base de la sumisión, al igual que en recientes iniciativas de alivio de la deuda.

Por el contrario, para que Haití pueda construirse dignamente, la soberanía nacional es el desafío fundamental. Una anulación total e incondicional de la deuda reclamada a Haití debe ser el primer paso de una política más general. Un nuevo modelo de desarrollo alternativo a las políticas de las IFI y a los acuerdos de partenariado económico (APE firmado en diciembre de 2008, Acuerdo Hope II, etc.) es necesario y urgente. Los países más industrializados que sistemáticamente explotaron Haití, comenzando por Francia y Estados Unidos, deben pagar reparaciones con un fondo de financiación para la reconstrucción controlada por las organizaciones populares haitianas.

Traducido por Griselda Pinero y Raúl Quiroz

Eric Toussaint es presidente del CADTM Bélgica (Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, www.cadtm.org ). Es autor de Banco del Sur y Nueva Crisis internacional, Viejo Topo, Barcelona, Enero 2008; autor de Banco mundial, el golpe de estado permanente, Viejo Topo, Barcelona, Enero 2007; autor de La Bolsa o la Vida, CLACSO, Buenos Aires, 2004; Coautor con Damien Millet de 60 Preguntas/60 respuestas sobre la Deuda, el FMI y el Banco Mundial, Icaria/Intermón Oxfam, Barcelona, 2010.

Sophie Perchellet es vicepresidenta del CADTM-Francia


[2] Eduardo Galeano, «La maldición blanca», Página 12, Buenos Aires, 4 de abril de 2004.

[3]http://www.haitijustice.com/jsite/images/stories/files/pdfs/Ordonnance_de_Charles_X_de_1825.pdf

[4] http://www.diplomatie.gouv.fr/fr/IMG/pdf/rapport haiti.pdf

[5]http://www.imf.org/external/pubs/ft/scr/2009/cr09288.pdf (página 43)

[6] http://www.cadtm.org/Le-CADTM-exige-que-la-restitution

[7] Ver la publicación del CADTM, Pour un audit de la dette congolaise, Lieja, 2007, en el sitio http://www.cadtm.org/spip.php?page=imprimer&id_article=2599

[8] Ver http://www.cadtm.org/Haiti-Le-gouvernement-mene-une

[9] http://www.liberation.fr/monde/0101613508-haiti-l-aide-internationale-se-mobilise-apres-le-seisme

[10] http://www.cadtm.org/Solidaridad-y-respeto-a-la

[11] Ver Damien Millet y Eric Toussaint, Los Tsunamis de la deuda, editorial Icaria, Barcelona, 2006

 Fuente:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=98922